En Diálogos y dietario crepuscular, Moure se alza como un atento, testigo irónico y memorioso, capaz de entramar conversación y reflexión íntima en un mismo pulso narrativo. El libro oscila entre la forma socrática del diálogo y la voz confesional del dietario, fundiendo géneros con una soltura que desafía las clasificaciones. Allí se despliega una crítica a la banalización de la escritura, una defensa del arte como oficio exigente y, a la vez, un retrato personalísimo de la vida en su dimensión literaria, política y afectiva. Moure nos recuerda que la literatura no es un pasatiempo ni un adorno cultural, sino un ejercicio radical de sentido y de memoria. Su apuesta es innovadora porque no elude ni lo íntimo ni lo polémico: expone la fragilidad del prestigio literario, indaga en el erotismo, la patria, el lenguaje y la gloria póstuma, sin solemnidad pero con hondura. Encontrar esa voz inconfundible, que hermana conversación y testimonio, es uno de los desafíos más altos de todo escritor, y Moure lo alcanza con lucidez y coraje.
En Diálogos e dietario crepuscular, Moure érguese como un testemuño atento, irónico e memorioso, capaz de entretecer conversa e reflexión íntima nun mesmo pulso narrativo.
O libro oscila entre a forma socrática do diálogo e a voz confesional do dietario, fundindo xéneros cunha soltura que desafía as clasificacións. Alí desprégase unha crítica á banalización da escrita, unha defensa da arte como oficio esixente e, á vez, un retrato fondamente persoal da vida na súa dimensión literaria, política e afectiva.
Moure recórdanos que a literatura non é un pasatempo nin un adorno cultural, senón un exercicio radical de sentido e de memoria.
A súa aposta é innovadora porque non elude nin o íntimo nin o polémico: expón a fraxilidade do prestixio literario, indaga no erotismo, a patria, a lingua e a gloria póstuma, sen solemnidade pero con fondura.
Atopar esa voz inconfundíbel, que irmanda conversa e testemuño, é un dos desafíos máis altos de todo escritor, e Moure alcánzao con lucidez e coraxe.