En El libro de los anhelos, Edmundo Moure levanta un espejo múltiple: el del rostro que envejece, el de la memoria familiar (Galicia y Chile), y, sobre todo, el de la lengua como don y látigo. Su “oficio” se funda en una ética que nace de la estética: escribir es asumir la compulsión de decir, aun cuando falte la fe y la paz se escape entre máscaras y pequeñas falacias. Moure mantiene su juicio sin coartadas: la individualidad vale poco frente al libro común de la humanidad; el poeta está condenado a una sinceridad trabajosa que desnude fantasmas y desarme autoengaños. Dialoga con Sontag, Capote, Cervantes y Kazantzakis para afirmar que la palabra —peligro de los peligros— crea y destruye, consuela y hiere, y que el estilo es el hombre en lucha con su propio narcisismo. Hay barrio, tribu y taberna; hay ars poetica y ars vivendi: escribir como quien respira tras el asma de los anhelos, amar como quien vuelve a la casa de la infancia. No hay salvación posible en las escatologías heredadas, sino en la voluntad de la palabra desnuda de todo misterio engañoso.
O libro dos anhelos, de Edmundo Moure, ergue un espello múltiple: o do rostro que envellece, o da memoria familiar (Galicia e Chile) e, sobre todo, o da lingua como don e látego.
O seu “oficio” fúndase nunha ética que nace da estética: escribir é asumir a compulsión de dicir, mesmo cando falta a fe e a paz se escapa entre máscaras e pequenas falacias.
Moure mantén o seu xuízo sen coartadas: a individualidade vale pouco fronte ao libro común da humanidade; o poeta está condenado a unha sinceridade traballosa que espide fantasmas e desarma autoenganos.
Dialoga con Sontag, Capote, Cervantes e Kazantzakis para afirmar que a palabra —perigo dos perigos— crea e destrúe, consola e fere, e que o estilo é o home en loita co seu propio narcisismo.
Hai barrio, tribo e taberna; hai ars poetica e ars vivendi: escribir como quen respira tras a asma dos anhelos, amar como quen volve á casa da infancia.
Non hai salvación posíbel nas escatoloxías herdadas, senón na vontade da palabra espida de todo misterio enganoso.