En este ensayo, Vida y Andanzas de la Parca, la muerte aparece como figura constante y esencial en la literatura: fuerza que iguala, despoja y al mismo tiempo otorga sentido. El autor recorre su presencia desde la mitología griega hasta la poesía moderna, mostrando cómo los escritores han buscado domesticar el útemor con imágenes, metáforas y rituales. La “Danza de la Muerte” medieval, los versos de Manrique y Quevedo, la mística de Juan de la Cruz o el desgarramiento de Rosalía y Mistral se leen aquí como hitos de una misma tensión: la conciencia de finitud que nutre la palabra. Moure asume la visión de Unamuno, Pasolini y Bataille para subrayar que sin la sombra de la Parca la obra humana carece de sentido, de límite y de trascendencia. Su juicio es claro: la literatura no derrota a la muerte, pero la vuelve interlocutora, le roba su mutismo y la transforma en memoria compartida. En ese diálogo, el lector reconoce su propia fragilidad y, a la vez, la posibilidad únicade pervivencia en el lenguaje.
Neste ensaio, Vida e Andanzas da Parca, a morte aparece como figura constante e esencial na literatura: forza que iguala, espolia e ao mesmo tempo outorga sentido.
O autor percorre a súa presenza desde a mitoloxía grega até a poesía moderna, mostrando como os escritores procuraron domesticar o temor con imaxes, metáforas e rituais.
A “Danza da Morte” medieval, os versos de Manrique e Quevedo, a mística de Xoán da Cruz ou o desgarramento de Rosalía e Mistral líñense aquí como fitos dunha mesma tensión: a conciencia de finitude que nutre a palabra.
Moure asume a visión de Unamuno, Pasolini e Bataille para subliñar que sen a sombra da Parca a obra humana carece de sentido, de límite e de transcendencia.
O seu xuízo é claro: a literatura non derrota a morte, pero vólvea interlocutora, róuballe o seu mutismo e transfórmaa en memoria compartida.
Nese diálogo, o lector recoñece a súa propia fraxilidade e, á vez, a posibilidade única de pervivencia na lingua.